Ir sin motivación a una prueba, o jugar sin motivación compromete el resultado a obtener, no podemos definir nuestro nivel de desafío para ese momento. ¡Sí!, queremos ganar, ¿pero estamos preparados para ello?;¿Con qué nivel de confianza afrontamos la prueba? ¿Cómo ha sido nuestra preparación?.
1.- Si
percibimos una situación como de poca importancia o fácil, nuestro nivel de
desafío se diluye, pierde importancia, nos encontramos en una zona de
aburrimiento, o de apatía y abandono, una zona muy cómoda antes de la prueba, eso no motiva
para nada….No vale la pena invertir esfuerzo mental o físico… Confiamos en
obtener un resultado positivo, con el mínimo esfuerzo.
2.- Si por el contrario, percibimos un desafío muy
difícil de conseguir, de nuevo el esfuerzo se puede ver comprometido, nos
situamos en una zona de ansiedad en la que no sabemos o no queremos realizar el
esfuerzo para disminuirla, al final volvemos a elegir la zona
cómoda, en ese caso pensamos que no podemos, que el rival es más
fuerte y que ya lo volveré a intentar. Tendré otra oportunidad cuando esté
mejor preparado….
Mihaly Csikszentmihaly |
3.- También, podemos encontrarnos con un desafío,
en el que tenemos la percepción de que el esfuerzo para mejorar nuestras
habilidades es posible de realizar. Supone abandonar la zona cómoda, pero no
compromete el esfuerzo. Nos sentimos motivados.
Estas percepciones que sentimos, en cuanto a los
Desafíos a los que nos enfrentamos y las habilidades que tenemos para
afrontarlas, es lo que va a determinar nuestra experiencia, el disfrute.
Pero estas percepciones deben tener bases
objetivas. ¿CÓMO CONSEGUIR ESTO? Para
empezar, marcándonos metas.
Según Mihaly Csikszentmihaly, uno de los componentes esenciales para fluir en el deporte es tener metas claras.
“LAS METAS DIRIGEN LA ACCIÓN Y APORTAN UN
OBJETIVO”
Establecer metas, parece inicialmente fácil, pero se
requiere cierta destreza para conseguir que las metas trabajen para ti.
Un
aspecto fundamental es el autoconocimiento. Las metas que no son realistas,
pueden disminuir la motivación, debido a que el fracaso arruina el entusiasmo y
la autoconfianza. Hay que marcarse metas
productivas, para ello es importante conocerse y contar con la ayuda de
nuestro equipo técnico.
Elegir el tipo apropiado de meta ayuda a conseguir el
disfrute, la experiencia óptima.
Principio básico: establecer
metas justo por encima del nivel actual de actuación que tenemos. Esto te hace
trabajar para llegar más lejos que la última vez y no mina la autoconfianza, ya
que sabemos en todo momento por dónde estamos.
Deben ser específicas: debemos definirlas y ser capaces de medirlas o
cuantificarlas.
¿Qué quiere decir: -hazlo lo mejor que puedas-, o –
voy a dar el 100%?, ¿cómo se mide eso? Está bien como eslogan para motivarse,
pero hay que dirigirse a aspectos específicos de la actividad que
realizamos, a acciones concretas.
Una meta eficaz dirige la atención a aspectos
específicos de la actividad en la que debemos centrarnos, tienen que ser
concretas y enfocadas a la tarea. Dirigen la acción de manera más efectiva.
Escribir las metas ayuda a tenerlas claras y nos
aporta feedback, nos
permite evaluarnos, tomar conciencia de nuestro progreso.
Si llegamos a una competición con las metas cumplidas,
podremos fluir en la actividad, independientemente del resultado, ya que nos
sentiremos con la preparación suficiente para afrontar ese desafío. Podremos
centrarnos completamente en la tarea, en el juego.